Galletas de queso Philadelphia y vainilla

Galletas de queso Philadelphia y vainilla: Una delicia casera para toda ocasión

Las galletas caseras tienen un encanto único. Son ideales para acompañar una taza de café, un té caliente o simplemente para compartir con la familia. En esta receta, la suavidad del queso crema tipo Philadelphia se combina con el delicioso aroma de la vainilla, dando como resultado unas galletas tiernas por dentro y ligeramente crujientes por fuera. Lo mejor es que no necesitas ser un experto en repostería para prepararlas. Con ingredientes sencillos y pasos muy claros, tendrás listas unas galletas irresistibles que encantarán a todos.

Ingredientes esenciales para unas galletas perfectas

Antes de comenzar con la preparación, asegúrate de tener todos los ingredientes listos y a temperatura adecuada. Esto garantizará que el resultado final sea óptimo.

Ingredientes principales

  • 200 gramos de queso crema tipo Philadelphia
  • 250 gramos de harina de trigo todo uso
  • 100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 3 a 4 cucharadas de azúcar blanca
  • Un toque de canela (opcional)

El queso crema aporta suavidad y un leve toque ácido que contrasta de forma equilibrada con el azúcar y la vainilla. La mantequilla añade sabor y textura, mientras que la harina es la base estructural de la masa. La canela es opcional, pero si te gusta su sabor, añade un matiz cálido y especiado muy agradable.

Paso a paso para preparar galletas de queso Philadelphia y vainilla

Esta receta se elabora sin batidora eléctrica ni utensilios complicados. Solo necesitas un bol, una cuchara o espátula y tus manos. El proceso es muy sencillo y los resultados son espectaculares.

Mezclar los ingredientes húmedos

Comienza colocando la mantequilla, el queso crema y la esencia de vainilla en un bol grande. Todos estos ingredientes deben estar a temperatura ambiente para facilitar la mezcla. Utiliza una cuchara de madera o una espátula para mezclar hasta obtener una crema suave y homogénea. Este paso es clave para asegurar que la mantequilla y el queso se distribuyan de forma pareja en toda la masa.

Incorporar la harina

Agrega la harina poco a poco, mientras sigues mezclando. Al principio la masa será algo pegajosa, pero al continuar amasando se volverá más manejable. Es importante que la harina esté tamizada para evitar la formación de grumos. Una vez que la masa tenga una textura suave y no se pegue a las manos, estará lista para refrigerar.

Reposar la masa en la nevera

Envuelve la masa en film transparente y llévala al refrigerador durante al menos 30 minutos. Este paso es crucial para que tome firmeza y sea más fácil de estirar y cortar después. Además, mejora la textura final de las galletas.

Estirar la masa y darle forma

Saca la masa del refrigerador y colócala sobre una superficie limpia cubierta con papel de horno o ligeramente enharinada. Con ayuda de un rodillo, estírala hasta formar un rectángulo de aproximadamente 2 a 3 milímetros de grosor. Trata de que los bordes queden lo más rectos posible para facilitar el enrollado.

Añadir el azúcar y la canela

Espolvorea la masa con las cucharadas de azúcar blanca, distribuyéndolas de manera uniforme. Si deseas, puedes añadir también una pizca de canela para darle un sabor más especiado. Este paso es esencial, ya que la masa no contiene azúcar en su interior, y este toque dulce por encima equilibrará el conjunto.

Enrollar la masa

Comienza a enrollar la masa sobre sí misma desde uno de los extremos largos, formando un cilindro compacto. Trata de que el rollo quede bien apretado para evitar que se deshaga al momento de cortarlo. Luego envuélvelo con papel film o papel de horno y llévalo de nuevo al refrigerador por unos 20 o 30 minutos para que tome cuerpo.

Cortar en rodajas

Una vez que el cilindro esté firme y frío, retíralo del refrigerador y córtalo en rodajas de aproximadamente 5 centímetros de grosor. Usa un cuchillo bien afilado para que los cortes sean limpios y las galletas mantengan su forma redondeada.

Hornear las galletas

Precalienta el horno a 180°C. Coloca las rodajas en una bandeja para hornear cubierta con papel vegetal, dejando espacio entre cada una para que no se peguen al expandirse durante la cocción. Espolvorea un poco más de azúcar sobre la superficie de cada galleta para obtener un acabado dorado y crujiente. Hornea durante unos 20 minutos o hasta que estén ligeramente doradas.

Enfriar y servir

Una vez listas, retíralas del horno y colócalas sobre una rejilla para que se enfríen completamente. Esto evitará que la base se humedezca y permitirá que las galletas desarrollen su textura crujiente exterior.

Consejos útiles para unas galletas irresistibles

Elige ingredientes de calidad

El sabor final de tus galletas dependerá en gran medida de la calidad del queso crema y de la mantequilla. Invierte en productos frescos y con buen sabor para obtener los mejores resultados.

No omitas los tiempos de refrigeración

Enfriar la masa es fundamental. Esto no solo facilita el trabajo con la masa, sino que también mejora la textura final de las galletas.

Adapta el dulzor a tu gusto

Puedes usar menos azúcar si prefieres un resultado más suave, o añadir más si te gustan las galletas dulces. También puedes sustituir el azúcar blanca por azúcar moreno para un sabor más profundo.

Experimenta con sabores adicionales

Prueba añadir ralladura de naranja o de limón a la masa para un toque cítrico, o incluso chips de chocolate blanco o frutos secos picados para una versión más festiva.

Cómo conservar tus galletas de queso y vainilla

Una vez frías, guarda las galletas en un recipiente hermético a temperatura ambiente. Se mantendrán frescas por aproximadamente 5 a 7 días. También puedes congelarlas en su forma cruda, ya cortadas, y hornearlas directamente desde el congelador cuando lo desees. Solo añade un par de minutos al tiempo de cocción.

Variaciones creativas de la receta

Galletas rellenas

Antes de enrollar la masa, puedes untarla con una capa de mermelada, dulce de leche o crema de avellanas. Luego, continúa con el mismo procedimiento. Obtendrás galletas con un corazón dulce y sorprendente.

Versión salada

Si prefieres una opción salada, omite el azúcar y la vainilla. En su lugar, añade una pizca de sal, queso rallado, ajo en polvo y hierbas secas como orégano o tomillo. Son ideales para servir como aperitivo o snack.

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Puedo usar otro tipo de queso en lugar de queso Philadelphia?
Sí, puedes usar cualquier queso crema suave. Lo importante es que tenga una textura cremosa y un sabor no demasiado salado. Evita los quesos que contengan demasiado líquido.

¿Es posible congelar la masa o las galletas?
Sí. Puedes congelar el cilindro de masa ya formado o incluso las galletas ya cortadas. Para hornearlas, simplemente colócalas directamente del congelador al horno, añadiendo unos minutos extra al tiempo de cocción.

¿Qué puedo hacer si no tengo esencia de vainilla?
Puedes sustituirla por azúcar avainillado o ralladura de naranja o limón, que aportan un aroma delicioso y natural.

¿Por qué mis galletas no quedaron doradas?
Puede ser que no hayas espolvoreado suficiente azúcar sobre ellas, o que la temperatura del horno no fuera la adecuada. Asegúrate de precalentar bien el horno y coloca las galletas en la bandeja media o superior.

¿La mantequilla se puede sustituir por margarina?
Sí, pero la textura y el sabor cambiarán ligeramente. La mantequilla aporta un sabor más rico y una textura más suave. Si decides usar margarina, elige una de buena calidad que sea apta para repostería.

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